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Actitudes y Valores de la persona

VALORES DE LA PERSONA(HECHO POR ELVIS CHERO CHIROQUE)http://www.monografias.com/

 

VALORES

 Los valores son producto de cambios y transformaciones a lo largo de la historia. Surgen con un especial significado y cambian o desaparecen en las distintas épocas. Por ejemplo, la virtud y la felicidad son valores; pero no podríamos enseñar a las personas del mundo actual a ser virtuosas según la concepción que tuvieron los griegos de la antigüedad. Es precisamente el significado social que se atribuye a los valores uno de los factores que influye para diferenciar los valores tradicionales, aquellos que guiaron a la sociedad en el pasado, generalmente referidos a costumbres culturales o principios religiosos, y los valores modernos, los que comparten las personas de la sociedad actual.

¿Qué se entiende por valor?

Este concepto abarca contenidos y significados diferentes y ha sido abordado desde diversas perspectivas y teorías. En sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un hombre sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella. El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Por ejemplo, se considera un valor decir la verdad y ser honesto; ser sincero en vez de ser falso; es más valioso trabajar que robar. La práctica del valor desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el contravalor lo despoja de esa cualidad (Vásquez, 1999, p. 3). Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social.

"Todo valor supone la existencia de una cosa o persona que lo posee y de un sujeto que lo aprecia o descubre, pero no es ni lo uno ni lo otro. Los valores no tienen existencia real sino adheridos a los objetos que lo sostienen. Antes son meras posibilidades." (Prieto Figueroa, 1984, p. 186)

¿Desde cuáles perspectivas se aprecian los valores?

La visión subjetivista considera que los valores no son reales, no valen en sí mismos, sino que son las personas quienes les otorgan un determinado valor, dependiendo del agrado o desagrado que producen. Desde esta perspectiva, los valores son subjetivos, dependen de la impresión personal del ser humano. La escuela neokantiana afirma que el valor es, ante todo, una idea. Se diferencia lo que es valioso de lo que no lo es dependiendo de las ideas o conceptos generales que comparten las personas. Algunos autores indican que "los valores no son el producto de la razón"; no tienen su origen y su fundamento en lo que nos muestran los sentidos; por lo tanto, no son concretos, no se encuentran en el mundo sensible y objetivo. Es en el pensamiento y en la mente donde los valores se aprehenden, cobran forma y significado. La escuela fenomenológica, desde una perspectiva idealista, considera que los valores son ideales y objetivos; valen independientemente de las cosas y de las estimaciones de las personas. Así, aunque todos seamos injustos, la justicia sigue teniendo valor. En cambio, los realistas afirman que los valores son reales; valores y bienes son una misma cosa. Todos los seres tienen su propio valor. En síntesis, las diversas posturas conducen a inferir dos teorías básicas acerca de los valores dependiendo de la postura del objetivismo o del subjetivismo axiológicos.

¿Cuáles son las características de los valores?

¿Qué hace que algo sea valioso? La humanidad ha adoptado criterios a partir de los cuales se establece la categoría o la jerarquía de los valores. Algunos de esos criterios son: (a) Durabilidad: los valores se reflejan en el curso de la vida. Hay valores que son más permanentes en el tiempo que otros. Por ejemplo, el valor del placer es más fugaz que el de la verdad. (b) Integralidad: cada valor es una abstracción íntegra en sí mismo, no es divisible. (c) Flexibilidad: los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas. (d) Satisfacción: los valores generan satisfacción en las personas que los practican. (e) Polaridad: todo valor se presenta en sentido positivo y negativo; Todo valor conlleva un contravalor. (f) Jerarquía: Hay valores que son considerados superiores (dignidad, libertad) y otros como inferiores (los relacionados con las necesidades básicas o vitales). Las jerarquías de valores no son rígidas ni predeterminadas; se van construyendo progresivamente a lo largo de la vida de cada persona. (g) Trascendencia: Los valores trascienden el plano concreto; dan sentido y significado a la vida humana y a la sociedad. (h) Dinamismo: Los valores se transforman con las épocas. (i) Aplicabilidad: Los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida; entrañan acciones prácticas que reflejan los principios valorativos de la persona. (j) Complejidad: Los valores obedecen a causas diversas, requieren complicados juicios y decisiones.

En una escuela de enseñanza primaria, una maestra se dio cuenta de la vanidad que había en las actitudes de sus alumnos. Valiéndose de una situación fantástica, sugirió al grupo lo divertido que sería crear una ciudad imaginaria. Cada alumno podría desempeñar el trabajo que quisiera. Llevando cuenta de las elecciones hechas por los chicos, el grupo descubrió que tenían varios doctores, abogados e ingenieros. Hubo un individualista que aspiraba a ser vago. A continuación, preguntó al grupo si una ciudad así podría sobrevivir. Entonces se puso de manifiesto la necesidad de agricultores, fabricantes de herramientas, de personas dedicadas a la limpieza de las calles, etcétera. En la discusión que siguió, los chicos se dieron cuenta, por primera vez, no sólo de la importancia que tiene toda ocupación en nuestra sociedad, sino también de las medidas que estaban usando para determinar el valor de una ocupación o de una persona. Los distintos valores de nuestra sociedad que dan importancia a la recompensa monetaria, a la categoría, al servicio social, etcétera, emergieron del inconsciente al interés consciente de todos los miembros del grupo. (Lifton, 1972, pp. 263-264)

¿Cómo valora el ser humano?

¿Cómo expresa sus valoraciones? El proceso de valoración del ser humano incluye una compleja serie de condiciones intelectuales y afectivas que suponen: la toma de decisiones, la estimación y la actuación. Las personas valoran al preferir, al estimar, al elegir unas cosas en lugar de otras, al formular metas y propósitos personales. Las valoraciones se expresan mediante creencias, intereses, sentimientos, convicciones, actitudes, juicios de valor y acciones. Desde el punto de vista ético, la importancia del proceso de valoración deriva de su fuerza orientadora en aras de una moral autónoma del ser humano.

¿Cómo se clasifican los valores? ¿Cuáles tipos de valores existen?

No existe una ordenación deseable o clasificación única de los valores; las jerarquías valorativas son cambiantes, fluctúan de acuerdo a las variaciones del contexto. Múltiples han sido las tablas de valores propuestas. Lo importante a resaltar es que la mayoría de las clasificaciones propuestas incluye la categoría de valores éticos y valores morales. La jerarquía de valores según Scheler (1941) incluye: (a) valores de lo agradable y lo desagradable, (b) valores vitales, (c) valores espirituales: lo bello y lo feo, lo justo y lo injusto, valores del conocimiento puro de la verdad, y (d) valores religiosos: lo santo y lo profano. La clasificación más común discrimina valores lógicos, éticos y estéticos. También han sido agrupados en: objetivos y subjetivos (Frondizi, 1972); o en valores inferiores (económicos y afectivos), intermedios (intelectuales y estéticos) y superiores (morales y espirituales). Rokeach (1973) formuló valores instrumentales o relacionados con modos de conducta (valores morales) y valores terminales o referidos a estados deseables de existencia (paz, libertad, felicidad, bien común). La clasificación detallada que ofrece Marín Ibáñez (1976) diferencia seis grupos: (a) Valores técnicos, económicos y utilitarios; (b) Valores vitales (educación física, educación para la salud); (c) Valores estéticos (literarios, musicales, pictóricos); (d) Valores intelectuales (humanísticos, científicos, técnicos); (e) Valores morales (individuales y sociales); y (f) Valores trascendentales (cosmovisión, filosofía, religión) (p. 53).

"Tiene razón el liberalismo cuando dice que la sociedad es para el hombre y no el hombre para la sociedad, pero diciendo la mitad de la verdad escamotea la otra mitad: que el hombre que se refugia en su "interés privado" y se pone como horizonte el "bien particular" desentendiéndose del Bien Común está violando su dignidad de hombre y da la espalda a la tarea ética que le correspondería en cuanto hombre digno." (Mikel de Viana, 1991, p. 15)

Las características de cada valor y su escala de importancia.

Valores Religiosos

Fin Objetivo: Dios

Fin Subjetivo: Santidad

Actividades: Culto interno y externo, virtudes sobrenaturales

Preponderancia: Toda la persona dirigida por la Fe.

Necesidad que satisface: Autorrealización

Tipo de Persona: Santo

Ciencia que lo estudio: Teología

Valores Morales

Fin Objetivo: Bondad

Fin Subjetivo: Felicidad

Actividades: Virtudes humanas

Preponderancia: Libertad dirigida por la razón

Necesidad que satisface: Autorrealización

Tipo de Persona: Íntegra

Ciencia que lo estudio: Ética

Valores Estéticos

Fin Objetivo: Belleza

Fin Subjetivo: Gozo de la armonía

Actividades: Contemplación, creación, interpretación

Preponderancia: Toda la persona ante algo material.

Necesidad que satisface: Autorrealización

Tipo de Persona: Íntegra

Ciencia que lo estudio: Estética

Valores Intelectuales

Fin Objetivo: Verdad

Fin Subjetivo: Sabiduría

Actividades: Abstracción y Construcción

Preponderancia: Razón

Necesidad que satisface: Autorrealización

Tipo de Persona: Íntegra

Ciencia que lo estudio: L0ógica

Valores Afectivos

Fin Objetivo: Amor

Fin Subjetivo: Agrado, afecto, placer

Actividades: Manifestaciones de afecto, sentimientos y emociones

Preponderancia: Afectividad

Necesidad que satisface: Del Yo

Tipo de Persona: Sensible

Ciencia que lo estudio: Psicología

Valores Sociales

Fin Objetivo: Poder

Fin Subjetivo: Fama, prestigio

Actividades: Relación con hombre masa, liderazgo, política

Preponderancia: Capacidad de interacción y adaptabilidad

Necesidad que satisface: Sociales

Tipo de Persona: Famosa, líder, política

Ciencia que lo estudio: Sociología

Valores Físicos

Fin Objetivo: Salud

Fin Subjetivo: Bienestar Físico

Actividades: Higiene

Preponderancia: Cuerpo

Necesidad que satisface: Fisiológicas

Tipo de Persona: Atleta

Ciencia que lo estudio: Medicina

Valores Económicos

Fin Objetivo: Bienes, riqueza

Fin Subjetivo: Confort

Actividades: Administración

Preponderancia: Cosas a las que se da valor convencional

Necesidad que satisface: Seguridad

Tipo de Persona: Hombre de Negocios

Ciencia que lo estudio: Economía

valores en los negocios (de chinchay)

 

VALORES EN LOS NEGOCIOS

 De acuerdo a uno de los valores que hemos recibido de los Jesuitas, que es la conservación de las características culturales que nos identifican y diferencias a los distintos grupos sociales y con el apoyo de los traductores que se encuentran en este salón, me voy a permitir exponer esta breve plática en mi idioma original, el español.
Cuáles son los valores que un exalumno/exalumna jesuita debe transmitir a una empresa u organización donde trabaja?
Para exponer mi punto de vista, primero debo señalar los antecedentes de mi experiencia, de mi vida personal y preparación en los que están fundamentadas mis propuestas.
Yo vivo en México, que es un país bello, prometedor, rico en recursos naturales y en aspectos culturales, con una población mayoritariamente católica pero con un grado bajo de preparación. México tiene una serie de problemas graves que son comunes en países en vías de desarrollo (underdeveloped countries), como los de Latinoamérica, algunos de Asia y de África.
Por estos graves problemas que aqueja a nuestro país, hay un proverbio que dice: México es un país muy cerca de los Estados Unidos de Norteamérica, pero muy lejos de Dios.
Señalo los problemas graves que nos caracteriza:

  • Alto grado de desempleo.
  • Creciente número de pobres y de aquellos que están en la pobreza extrema.
  • Inadecuada distribución de la riqueza y de los recursos.
  • La diferencia o gap entre los ricos u los pobres sigue creciendo.
  • Dominio en los mercados de consumo, financieros y de servicios de empresas multinacionales, que son más poderosas que el propio país.
  • Alta corrupción en los mandos políticos y económicos.
  • Cambios estructurales en la vida política y social.
  • Tratados de libre comercio con países extranjeros, que globalizan la economía.
  • Continuos y rápidos avances tecnológicos.

Por otro lado, yo estudié y trabajo actualmente en una universidad Jesuita que ya cumplió más de 50 años de fundada. Por lo tanto, he estado en contacto con esos principios y valores promovidos por los jesuitas y a los que se han referido en este Congreso, especialmente el Padre Kolvenvach y el Padre Byron.

  • La educación jesuita es una educación con inspiración cristiana e ignaciana.
  • Nos exige respeto a la dignidad humana.
  • Vivir al servicio de otros; tener un compromiso social, especialmente con los más desprotegidos y los que no reciben las mismas oportunidades en la vida.

    "Cuando nacen, están seguros de recibir un derecho o una oportunidad: la de ser pobres y miserables. Reciben una promesa: la de morirse de hambre".

  • Analizar, evaluar y actuar.

Con estos antecedentes y bases, expongo que el exalumno y la exalumna Jesuita deben llevar y vivir en su vida de trabajo en una empresa o corporación, los siguientes valores, agrupados en tres grupos:

VALORES PROFESIONALES:

Ejercer su profesión, actividad técnica o científica con la más alta calidad, con excelencia. Ser los mejores, para que los resultados que obtenga sean de alta eficiencia y eficacia.
Tener los conocimientos expertos necesarios y desarrollar habilidades, aptitudes y actitudes que le permitan ejercer su profesión en un alto nivel; liderazgo.

VALORES HUMANISTAS:

En el desarrollo de su trabajo ser ante todo respetuoso de la dignidad humana y solidario en todo problema que la afecte. Debe anteponer el criterio ético en todas sus decisiones; combatir efectivamente la corrupción en todos los niveles; ejercer y promover el valor de la libertad, la justicia, el servicio a los demás, la verdad, la bondad y la belleza.
Animado en su búsqueda por los valores cristianos, debe integrar en forma significativa sus creencias y sus conocimientos.

VALORES SOCIALES:

Debe ser un profesionista que debe prestar un servicio excelente, profesional y humano a la comunidad en que vive y a su país.
Dar testimonio de sinceridad y honradez con su actitud, su trabajo y su vida; sus acciones van de acuerdo con sus testimonios; es congruente en el pensar y el actuar.
Contribuir con su actividad humana y profesional al planteamiento y solución de los problemas nacionales de su país y de la problemática mundial: entre ellos destaca la creación de empleo, de fuentes de trabajo para que tenga una vida digna. Promover la justa distribución de oportunidades, de poder de decisión y de la riqueza y recursos

Actitudes y vallres en las relaciones interpersonales(de chinchay)

Las actitudes y valores en las relaciones interpersonales

 

Me encantan los españoles. Creo que son personas felices y respetuosas con energía para pasar su tiempo activamente en la compañía de otros, especialmente con su familia, y disfrutar de la vida. Para mí, es un país muy romántico con sus costumbres, gente y tradiciones llenas de una riqueza que falta en Estados Unidos.

El informe del Centro de Investigaciones Sociológicas estudia las actitudes y valores interpersonales de los españoles. En mi opinión, este informe ha revelado que existe un fuerte vínculo familiar en la sociedad española. Me parece que este lazo está enriquecido por la cultura y sus costumbres. Por ejemplo, en mi experiencia con una familia española, siempre pasamos los domingos con una buena paella con toda la familia. Me alegra que sea así porque es verdad que la familia es lo más importante. La familia se reúne los domingos por la costumbre de la comida. Es frecuente ver a los abuelos que dan un paseo con sus nietos después del colegio o a las parejas en el parque en primavera. Para mí, las actividades cotidianas de la familia demuestran la importancia y la unidad familiar que forman una parte significativa de la cultura. Me resulta muy llamativo que los españoles vivan con sus padres hasta casarse. Opino que esta costumbre también añade a la importancia familiar en las vidas de los españoles como puedo concluir del sondeo y mi experiencia. Los jóvenes solteros viven en casa con su familia y cuando tienen hijos, sus hijos pasan el tiempo con sus abuelos en la misma casa. Me encanta este fuerte vínculo de la sociedad española y creo que la hace mejor persona. Durante estos meses en España he aprendido que la mayoría no vive muy lejos de sus padres tampoco y buscan un trabajo cerca de sus familias.

Huelga decir que los españoles son muy sociales también. La mayoría piensa que la amistad es bastante o muy importante. Creo que la costumbre de tomar un café o ir de tapas reflejan la sociabilidad de los españoles. He aprendido que no es común invitar amigos a casa sino salir y pasar el tiempo fuera. Me parece muy interesante que el 85% de los encuestados se sienta poco o nada a disgusto con personas de ideas diferentes a las suyas. Estoy de acuerdo de que sean así; pienso que son muy tolerantes. Al mismo tiempo, mucha gente afirmó en el sondeo que no le molestaría si tiene vecinos que hayan estado en la cárcel, con problemas psíquicos o SIDA. No me parece que sea la verdad porque el cotilleo es muy evidente en la sociedad española. Creo que es más común en los pueblos pequeños y especialmente en León. Por ejemplo, mi madre española me dijo que a ella no le gusta mezclarse con los leoneses porque es madrileña pero puede contarme todo sobre la gente de nuestro edificio y la poca gente que ha conocido en la universidad, el gimnasio y los bares.

Pienso que es muy significativo que la educación sea otro valor llamativo para los españoles. Los encuestados afirman que es una cualidad que los padres fomentan en sus hijos. Al mismo tiempo, me parece realmente desafortunado que la fe religiosa no tenga la misma importancia. Solamente un 2.2% opina que los padres españoles tratan de promover la religión como un atributo importante en sus hijos. La falta de promoción está reflejada en la falta de asistencia a la misa y la falta de fe cristiana en los jóvenes. Una española me preguntó si me da vergüenza decir el nombre de mi universidad- Holy Cross - porque tiene una asociación religiosa. Otro comparó la fe religiosa con la creencia en Santa Claus: lo creemos porque nuestros padres lo inculcaron aunque no es verdadero. En mi opinión, esta actitud contribuye a sus opiniones de que no es un problema grave si conviven en pareja sin estar casados o tienen un hijo sin estar casados. He conocido a muchos españoles que viven así y creo que es un tema discutible porque tiene su pensamiento y sus inconvenientes.

No obstante, me encanta España, la gente y su manera de la vida. La cultura es muy distinta a la mía pero viven de un modo que estoy aprendiendo a disfrutar. Su sociabilidad, el respeto a la familia y su énfasis en la educación contribuyen a que vivan felices y activamente aunque me da pena que no haya un enfoque religioso. Entonces, ve de tapas, come la paella los domingos con toda la familia, estudia hasta que tengas 30 años y no pasa nada: estás en España.

ACTITUD(hecho por Manuel Chávez)

Definición de la actitud

La actitud se define como predisposición para responder a un objeto particular de una manera generalmente favorable o desfavorable. La actitud viene influenciada por el propósito que nosotros percibimos y como respondemos al mundo y cómo se adquiere y aprende. Una actitud es una expresión del presente, pero parte de una reflexión basada en el aprendizaje de experiencias previas. Es posible cambiar una actitud con un objetivo del presente, pero es a menudo recomendable examinar el pasado y discutir cuándo, donde, cómo y porqué se tomó esa actitud.

Porque las actitudes son una influencia importante en una esclava, un Amo y la relación entre ambos, merecen un lugar central en el entrenamiento. Cambiar actitudes es un componente en la resocialización de una esclava.

Recuerde siempre que la actitud apropiada es determinante para tener la motivación apropiada para alcanzar las metas propuestas.

Los componentes de una actitud. Creencia, Evaluación y Comportamiento

Según lo discutido en otras secciones en esta Teoría, el orden que seguimos es: primero nos comportamos, luego nos sentimos, entonces pensamos, y después actuamos. Qué pensamos sobre las causas de un objeto genera una emoción y en base a esas causa creamos un comportamiento particular.

Una actitud sobre algo requiere una etiqueta y un sistema de conocimientos o de estructuras del conocimiento asociadas a esa etiqueta. Saber que una actitud está basada sobre el etiquetado es una herramienta útil en el entrenamiento.

Una actitud también tiene un elemento de evaluación. La evaluación tiene una dirección e intensidad. Es decir qué pensamos de las causas de un objeto crea una reacción emocional que es positiva o negativa y la reacción pueden extenderse desde una reacción suave a una reacción fuerte, dependiendo de lo que pensamos del objeto.

Porque tenemos unas ciertas creencias y evaluación sobre un objeto, tenemos una predisposición del comportamiento relacionado con el objeto. Por lo tanto, el comportamiento se basa sobre creencia.

Cómo se forman y qué propósitos tienen las actitudes.

Las actitudes son formadas sobre un objeto particular por la experiencia directa con el objeto, la asociación repetida que produce una respuesta y la observación de otras.

Una actitud sirve uno o más de los tres propósitos siguientes:

1) Desarrollamos actitudes favorables hacia los objetos con la ayuda de recompensas y con actitudes desfavorables hacia los objetos que nos frustran o castigan.

2) Proporciona un diagrama esquemático o una función del conocimiento y los medios de agrupar categorías juntas. Simplifica nuestra vida permitiendo que agrupemos los objetos percibidos por ser similares bajo la misma etiqueta. Permite que basemos rápidamente una opinión sobre un objeto en base a experiencias previas y aprendizajes sobre un objeto similar. Una llave a la actitud que cambia sobre un objeto es cambiar la etiqueta asociada a un objeto más favorable.

3) Nos define a uno mismo y mantiene un valor sobre uno mismo. Muchas actitudes expresan valores básicos y refuerzan la imagen de uno mismo.

La actitud de una persona sobre un objeto no se aísla generalmente, sino se encaja en una estructura cognoscitiva, ligada a una variedad de otras actitudes. De ahí el por qué es difícil cambiar la actitud de una persona.

Las actitudes tienen una estructura vertical y horizontal:

La estructura vertical significa que una creencia primaria efectuará una creencia de menor importancia bajo ella. Una tentativa de cambiar una creencia de menor importancia no efectuará el cambio de actitud en la estructura principal. La fuente de la actitud debe ser examinada. Apenas con decirle a una esclava que ella tenga una mala actitud no causará un cambio. Una creencia puede causar actitudes sobre una amplia gama de objetos.

La estructura horizontal es cuando una actitud se liga a dos o más y diversas justificaciones. Una actitud con dos o más acoplamientos o justificaciones horizontales es más difícil de cambiar que una basada en una sola creencia primitiva. Cambiar una creencia a partir de una sola justificación no cambiará actitud total porque habrá una segunda creencia que mantiene también la actitud. Cada justificación debe ser examinada y desafiar el proceso del pensamiento relacionado con cada una de esas justificaciones.

 

VALORES EDUCATIVOS Y ACTITUDES BASICAS(hecho por Manuel Chávez)

 

1. Espíritu de trabajo y de colaboración.

·       Disposición de ayuda y colaboración en las tareas colectivas y de participación activa en la vida del Centro.

·       Participación solidaria en el desarrollo y mejora del entorno social y natural.

·       Predisposición al respeto, la benevolencia y el perdón en el trato personal y en la convivencia. No ridiculizar ni discriminar a las demás personas por ningún motivo.

·       Actitud dialogante y apertura a las opiniones ajenas. Aceptación de la opinión de la mayoría en las cuestiones opinables.

·       Solidaridad hacia personas necesitadas o desfavorecidas por cualquier motivo.

2. Responsabilidad personal.

·       Asumir tareas y funciones de servicio en favor de compañeros, de otras personas y del Centro.

·       Esmero y aprecio de la obra bien hecha.

·       Iniciativa en la solución de dificultades o en la asunción de compromisos en beneficio de otros.

·       Ponderar las implicaciones y prevenir las repercusiones al efectuar cualquier elección.

·       Aceptar con sencillez y lealtad las consecuencias positivas o negativas de las propias decisiones.

3. Capacidad de discernimiento y espíritu crítico-constructivo.

·       Apreciar los valores básicos que rigen la vida y la convivencia humana y obrar de acuerdo con ellos.

·       Utilizar con sentido crítico los distintos contenidos y fuentes de información.

·       Conocer, valorar y respetar los bienes artísticos y culturales.

·       Apreciar adecuadamente a los seres vivos  conforme a su dignidad propia, en especial a todo ser humano, cualquiera que sea su condición.

·       Percatarse del valor que a corto y largo plazo presentan los pequeños gestos o hábitos de comportamiento.

4. Autodominio.

·       Recibir con espíritu crítico los mensajes publicitarios o presuntamente artísticos que estimulan el consumo, la exaltación del capricho y el éxito personal o colectivo a ultranza.

·       Valorar la higiene y la salud corporal, la conservación de la naturaleza y el medio ambiente.

·       Esforzarse por adoptar hábitos de sobriedad, orden, ahorro de energía y de recursos económicos, cuidado de los materiales de trabajo y de los bienes propios y ajenos.

·       Tomar decisiones sin dejarse influir por el propio interés o estado de ánimo.

·       Optimismo y fomento de un clima de alegría, orden y confianza mutua. Deportividad en las competiciones.

·       Puntualidad en la realización de las actividades personales y colectivas.

5. Constancia.

·       Terminar con esmero las actividades que se emprenden.

·       Asistir a las actividades con asiduidad y regularidad.

·       Espíritu de superación y de esfuerzo ante la falta de motivación u otras dificultades.

·       Firmeza en las propias convicciones y en el cumplimiento de los compromisos asumidos. Cultivo de la amistad y de la fidelidad hacia compañeros y personas que nos brindan su confianza.

·       Volver a empezar, sin cansancio, tras los posibles fracasos o contrariedades.

 

Las actitudes hacia las personas con discapacidad y su influencia en situaciones de vulnerabilidad social [Comunicación]http://sid.usal.es/mostrarficha.asp?id=20369&fichero=8.4.2 hecho por elvis chero chiroque

Las actitudes hacia las personas con discapacidad y su influencia en situaciones de vulnerabilidad social [Comunicación]

 

Esta comunicación analiza las actitudes hacia las personas con discapacidad y su influencia en situaciones de vulnerabilidad social, aportando propuestas de intervención para su modificación. Esta participación se encuadra en una investigación sobre las actitudes hacia las pcd en la Universidad de Extremadura, donde llevamos a cabo un estudio centrado en los alumnos. El trabajo se realizó sobre 1001 alumnos de 31 titulaciones utilizando un cuestionario creado ad hoc con 44 items según escala tipo Lickert. Los resultados concluyen que son las mujeres las que expresan actitudes más positivas, que existen diferencias según la titulación cursada y que los alumnos que tienen algún tipo de contacto con pcd expresan actitudes más positivas. Las actitudes también se generan en grupos sociales determinados con características concretas. Esa pertenencia hizo que nos planteáramos también la relación con la vulnerabilidad social, investigando sobre los factores para situar a las pcd en el limite de la inclusión social. Los resultados sobre las actitudes se relacionan con las indicaciones sobre vulnerabilidad. Las propuestas de actuación inciden en promover programas de cambio de actitudes en los ámbitos en los que la situación de las pcd es muy sensible a la exclusión social, y que los conceptos de actitudes y vulnerabilidad social son esquivos y equívocos, de gran dinamismo y de difícil concreción práctica, considerando necesaria más investigación en este ámbito

Estudio sobre las actitudes hacia las personas con discapacidad entre los estudiantes de la Universidad de Extremadura

La necesidad de evaluar las actitudes hacia la discapacidad tiene uno de sus fundamentos principales en la importancia que tiene para las personas con discapacidad las actitudes que las personas cercanas a estas, los profesionales y, en general, el conjunto de la población (mayoritariamente no discapacitada) manifiestan hacia ellas. Existe en nuestro país una gran cantidad de investigaciones en esta materia, pero ninguna centrada en estudiantes universitarios.

En este sentido, la investigación se planteó una serie de objetivos fundamentales: el primero de los cuales, que da nombre al trabajo, pretende conocer cuáles son las actitudes hacia las personas con discapacidad entre los estudiantes de la Universidad de Extremadura; otro de los objetivos es determinar en qué medida las variables sociodemográficas planteadas se relacionan con las actitudes hacia las personas con discapacidad; y el tercero de los objetivos principales es identificar qué factores son determinantes a la hora de expresar dichas actitudes. Las hipótesis planteadas tratan de averiguar si existen diferencias significativas asociadas:
A,- El sexo de los sujetos, la titulación que cursan, el ámbito de procedencia, el nivel de estudios en el que están, la ocupación, el hecho de tener contacto con personas con discapacidad, tener algún tipo de discapacidad.

La muestra utilizada está compuesta por 1001 alumnos universitarios, cuya elección se hizo de manera aleatoria y estratificada, adaptada a al número de alumnos por centro y titulación, correspondientes a 31 titulaciones. Se creó "ad hoc" un cuestionario tomando como base diversas escalas sobre actitudes hacia personas discapacitadas, compuesto por 44 items de acuerdo a una escala tipo Licket. El proceso de tasación se llevó a cabo teniendo encuenta que hubiese titulaciones de todos los campos científicos, que hubiese titulaciones con aun contrastada relevancia social, que hubiese titulaciones con una particular vinculación con el ámbito de la discapacidad y también titulaciones sin relación con dicho ámbito.

Los resultados obtenidos ponen de manifiesto la importancia que tiene a la hora de la expresión de las actitudes hacia las personas con discapacidad el género de los sujetos investigados, manifestándose actitudes más positiva entre las mujeres que entre los hombres; también la titulación cursada se denota como un fundamental elementos diferenciador, siendo los alumnos de Educación Social, humanidades, Psicopedagogía o Ciencias del Deporte los que expresan actitudes más positivas, frente a los estudiantes de Medicina, Ingeniería Agrónoma, Derecho, Biología o Trabajo Social; y también el hecho de tener contacto con personas con discapacidad supone un actor determinante a la hora d de la expresión de las actitudes, de esta forma, aquellos que afirman no tener ningún contacto puntúan sensiblemente más alto que los que indican tener un contacto frecuente, habitual o permanente.

Los resultados nos proporcionan, en líneas general, una visión positiva de los estudiantes universitarios extremeños en cuanto a sus actitudes hacia las personas con discapacidad, pero con evidentes necesidades de mejora, al menos en cuanto al os factores señalados anteriormente. Y en este sentido deben ir encaminadas las futura líneas de investigación que puedan plantearse a partir de nuestro trabajo de Tesis, para conocer mejor las actitud y cambiar aquellas que perjudican la plena integración de la personas con discapacidad en el conjunto de nuestra sociedad y en la Universidad en particular.

Información recogida de Teseo (Bases de datos de las tesis doctorales leídas en las Universidades Españolas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte)

 

Actitudes hacia las personas con discapacidad en profesionales del Primer Ciclo de Educación Infantil

En la actualidad consideramos una realidad en nuestra sociedad la integración escolar, social y laboral de las personas con discapacidad. Pero, a pesar de ello, ¿estamos convencidos de que las llamadas personas con discapacidad tienen similares derechos, capacidades, percepciones, posibilidades, etc. que las personas consideradas normales? Con este trabajo intentamos acercarnos a las opiniones que un grupo de profesionales integrado por personas consideradas normales tiene hacia los sujetos que poseen algún tipo de discapacidad. Concretamente, se trata de una muestra de cuidadoras de guarderías que manifiesta actitudes de aceptación hacia el colectivo indicado, actitudes positivas que quedan reflejadas en la defensa de los derechos fundamentales de las personas con discapacidad, postulando la necesidad de una vida normalizada y de inclusión en el ámbito escolar, social y laboral.

Actitudes hacia las personas con discapacidad de estudiantes de la Universidad de Granada

Este artículo recoge información sobre las actitudes que presentan los estudiantes universitarios granadinos hacia la discapacidad. La escala que se utilizó para medir estas actitudes fue la Escala de Actitudes hacia las personas con discapacidad (Verdugo, Jenaro y Arias, 1995). Se aplicó a un grupo de 488 estudiantes universitarios de distintas titulaciones de Magisterio (Audición y Lenguaje, Educación Especial, Educación Musical, Educación Física), Licenciatura en Psicopedagogía, Psicología y Educación Física. Los resultados mostraron que los estudiantes presentan actitudes positivas hacia los discapacitados, lo que puede deberse a la competencia de sus compañeros con discapacidad, a las acciones emprendidas por los servicios de orientación o a otras razones pendientes de estudio

Propuesta de intervención para la mejora de actitudes
hacia personas con discapacidad a través de
actividades deportivas y recreativas

   Son varios los instrumentos legislativos, promulgados por los órganos de gobierno, encaminados hacia la integración en la sociedad de colectivos con discapacidad, con el fin último de equiparar oportunidades. En este sentido, la práctica física y deportiva no debe ser una excepción. Tales propuestas pretenden, entre otros muchos objetivos, la progresiva concienciación de nuestra sociedad acerca de las necesidades de las personas con discapacidad, siendo uno de los deberes de las autoridades competentes la dotación de medios y recursos para garantizar su integración.

    Las Naciones Unidas (1988), reconocen que las actitudes sociales hacia las personas con discapacidad pueden suponer obstáculos más importantes para su inclusión en la comunidad que los derivados de su propia deficiencia. Pero no es sólo la sociedad la que puede poner obstáculos en ese proceso de inclusión en la comunidad, sino también, la actitud de algunos profesionales que deben intervenir sobre este colectivo. En este sentido, Larrieve (1982; citado en Verdugo, Arias & Jenaro, 1994, p.17) comenta que "mientras que la integración pueda ser impuesta por Ley, el modo en el que el profesor responde a las necesidades de sus alumnos puede ser una variable mucho más poderosa para determinar el éxito de la integración que cualquier estrategia administrativa o curricular", aunque no debemos olvidar en ningún momento el papel de los compañeros, el grupo de iguales y, ni mucho menos, de la familia.

    Sólo con el apoyo de toda la sociedad, tanto en actitudes positivas y tolerantes, se conseguirá una integración social efectiva de las personas con discapacidad (Verdugo y Arias, 1991). Además, comportamientos discriminatorios, caracterizados por arraigados prejuicios, afectan y son las causas de la desorganización de algunos sectores de la sociedad actual (Mastro, Burton, Rosendahl & Sherrill, 1996). Y, ¿qué mejor medio que la actividad física y el deporte para conseguir un desarrollo efectivo de este tipo de actitudes?... y, por que no decirlo, también de integración. En palabras de Sir Ludwig Guttmann, "el deporte debe convertirse en una fuerza impulsora para que los minusválidos busquen o restablezcan el contacto con el mundo que los rodea y, por consiguiente, el reconocimiento como ciudadanos iguales y respetados" (citado en Consejo de Europa, 1988, p.19).

    Según Triandis (1971), entendemos la actitud como "una idea provista de una carga emocional que predispone a una clase de acciones ante un determinado tipo de situaciones sociales". Si analizamos la definición aportada por este autor podemos diferenciar en ella tres componentes:

  • La idea (componente cognitivo).

  • La emoción asociada a esa idea (componente afectivo).

  • La predisposición a la acción (componente conductual).

    Para Ruiz (2002), el componente cognitivo se refiere a nuestras ideas, creencias o percepciones sobre un referente actitudinal. Tales ideas no tienen por qué ser verdaderas, ni necesariamente estar basadas en datos objetivos o en nuestra experiencia directa con esas personas. El componente afectivo define el conjunto de emociones asociadas a un pensamiento o idea. Finalmente, el componente conductual describe las acciones o tendencias de acción asociadas a los componentes anteriores, pudiendo ser de tipo abierto (contacto, ayuda, etc.) o encubierto (desprecio callado, etc.).

    Partiendo de los componentes propuestos en la definición anterior de actitud, Sherrill (1998, p.7) propone que "una actitud es una serie de creencias cargadas de emoción que predisponen a la persona a ciertos tipos de comportamientos". Por ello, es importante que valoremos (incluso midamos) los aspectos comportamentales, afectivos y cognitivos de los protagonistas que intervengan en cualquier proceso interactivo con personas con discapacidad (Slininger, Sherrill & Jankowski, 2000). Así pues, Sherrill (1998, p.225) apunta nuevamente que "la clave para cambiar comportamientos hacia personas que son diferentes son las actitudes. Esta es al esencia de la actividad física adaptada, la integración y la inclusión". Pero hay una serie de postulados que debemos tener en cuenta cuando abordemos cualquier temática en relación a las actitudes, en nuestro caso, hacia el colectivo de personas con discapacidad (Antonak & Livneth, 1988, pp.9-10):

  • Las actitudes son aprendidas mediante la experiencia e interacción con otras personas.

  • Las actitudes son complejas, con componentes múltiples.

  • Las actitudes son relativamente estables (a veces rígidas), debido a su resistencia a ser cambiadas.

  • Las actitudes tienen un objeto social específico como referente (personas, situaciones, eventos, ideas, etc.).

  • Las actitudes pueden cambiar en su cantidad y calidad, poseyendo diferentes grados de motivación (intensidad) y dirección (contra, a favor).

  • Las actitudes son manifestaciones del comportamiento, debido a la predisposición a actuar de cierta manera cuando el sujeto se encuentra con el referente hacia el que manifiesta esa actitud.

    Desde la teoría de la "acción razonable" (Reasoned Action; Ajzen & Fishbein, 1980), se entiende por actitud a una evaluación general o un sentimiento global, favorable o no favorable, hacia un comportamiento en cuestión. La teoría de la acción razonable postula que las intenciones y comportamientos pueden ser entendidos y predichos a partir de las actitudes manifestadas por la persona. De esta manera, las actitudes manifestadas hacia un objeto, persona o grupo en cuestión están determinadas por las creencias que tengamos sobre el mismo. Existen dos tipos de creencias (creencias personales y normas subjetivas o sociales), que interactúan influyendo en nuestras intenciones, lo que determina posteriormente nuestro comportamiento o serie de comportamientos (Sherrill, 1998; Duchane & French, 1998). Tales creencias son, por tanto, producto de nuestras experiencias pasadas, nuestro conocimiento y la nueva información que adquirimos (Kowalski & Rizzo, 1996), influyendo también sobre las actitudes que manifestamos hacia el objeto, persona o grupo de referencia.

    Consideramos varios los grupos de población cuyas actitudes hacia las personas con discapacidad pueden tener incidencia sobre el proceso de integración de las mismas, concretamente en el contexto donde se lleve a cabo esa interacción. Tales colectivos varían en función del contexto en el cual se lleve a cabo la actividad: contexto educativo, deportivo y recreativo / social.

    Respecto al ámbito educativo, y concretamente el de la Educación Física, las actitudes de los compañeros son consideradas como una de las variables más importantes para la integración de alumnos con discapacidad, con necesidades educativas especiales (NEE) (Sherrill, Heikinaro-Johansson & Slininger, 1994; Sherrill, 1998). Pero no sólo es fundamental la actitud de los compañeros de la comunidad educativa sino, más importante, la del profesor a cargo del grupo-clase. Así pues, en centros escolares donde se lleve a cabo la escolarización de alumnos con NEE, las actitudes de los profesores hacia la enseñanza de alumnos con diferentes grados de habilidad y discapacidad parece ser un factor clave para una inclusión exitosa (Jarvis & French, 1990; Rizzo & Vispoel, 1991; Heikinaro-Johansson & Sherrill, 1994; Heikinaro-Johansson & Vogler, 1996; Hodge & Jansma, 1999; Folsom-Meek & Rizzo, 2002). Las actitudes son, por tanto, el "punto de partida" para el éxito en el proceso educativo (Heikinaro-Johansson & Sherrill, 1994; Sherrill, 1998). Son varios los postulados, referentes al ámbito educativo, que varios autores defienden, algunos de los cuales son perfectamente extrapolables a los otros dos ámbitos de los que hablaremos posteriormente:

  1. Diversos autores defienden una estrecha relación entre la competencia percibida de los profesores y las actitudes que manifiestan hacia el proceso educativo y sus participantes (Rizzo & Vispoel, 1991). Así pues, la preparación del profesorado es un potente predictor de las actitudes hacia la enseñanza de alumnos con discapacidad (Folsom-Meek, Nearing, Groteluschen & Krampf, 1999), siendo más probable que las actitudes del profesorado sean más favorables cuando perciben en sí mismos un mayor nivel de competencia (Rizzo & Wright, 1988; Rizzo & Vispoel, 1991; Kowalski & Rizzo, 1996). Esa mayor competencia percibida es un factor clave para que se lleve a cabo el proceso de inclusión de forma exitosa (Heikinaro-Johansson & Sherrill, 1994; Heikinaro-Johansson & Vogler, 1996; Duchanne & French, 1998; DePauw & Doll-Tepper, 2000).

     

  2. Junto a la competencia percibida, otras variables de gran importancia son las experiencias pasadas del profesorado en enseñanzas con estos alumnos, así como el grado o nivel formativo que poseen en la materia. Las actitudes pueden ser mejores a medida que el grado de experiencias de trabajo con personas con discapacidad sea mayor (Rizzo & Vispoel, 1991; Kowalski & Rizzo, 1996), así cuando se posee un mayor grado de formación académica especializada (Rizzo, 1985; Kowalski & Rizzo, 1996; Folsom-Meek et al., 1999).

     

  3. Variables como el tipo de discapacidad, así como el grado en el que se manifiesta, pueden afectar también a las actitudes de los profesores (Kowalski & Rizzo, 1996). En este sentido, la predisposición suele ser más adecuada ante alumnos con discapacidades leves que severas (Rizzo & Vispoel, 1991).

     

  4. Otras variables que pueden influir, pero con resultados menos concluyentes, son el género del docente y su edad. Respecto al género, algunos estudios sugieren que las mujeres tienen actitudes más favorables que los hombres (Aloia, Knutson, Miner & Von Seggern, 1980), aunque hay otros que no encuentran diferencias significativas al respecto (Rizzo & Vispoel, 1991; Duchane & French, 1998). Respecto a la edad, diversos estudios (Rizzo, 1985; Rizzo & Wright, 1988; Rizzo & Vispoel, 1991) muestran que profesores de Educación Física con edad avanzada muestran actitudes menos favorables que sus colegas más jóvenes.

    No obstante, nunca debemos olvidar otros factores que condicionan y/o limitan el proceso de inclusión en el ámbito educativo: falta o insuficientes destrezas docentes, fondos económicos, materiales adaptados o servicios de apoyo especializados, junto a las actitudes negativas, tanto del profesor como de los compañeros.

    El segundo de los ámbitos apuntados con anterioridad, y en el que el colectivo de personas con discapacidad puede practicar e interaccionar con otros protagonistas, es el deportivo. La satisfacción de la persona que practica cualquier actividad físico-deportiva va estar mediada, en gran manera, por el apoyo social percibido de los demás miembros con los que interactúa en ese entorno: compañeros, entrenador, amigos, familia, etc. Algunos de los aspectos comentados acerca del ámbito educativo, de la Educación Física, se dan también en el ámbito deportivo. De esta manera, monitores, técnicos o entrenadores tienden a manifestar actitudes más favorables hacia deportistas con una discapacidad leve que severa (Conatser, Block & Lepore, 2000), así cuando poseen un mayor bagaje de experiencias hacia este colectivo y una mayor formación especializada (Block & Rizzo, 1995). Si asumimos que las intenciones de la persona es un buen predictor de su comportamiento, y que las actitudes mostradas corresponden a esas intenciones (Ajzen & Fishbein, 1980), podemos suponer que las actitudes mostradas por los responsables de la actividad deportiva y su intervención técnica están íntimamente relacionadas. Al igual que apuntamos anteriormente, en el ámbito deportivo las actitudes influyen determinantemente en el éxito del proceso de inclusión (Rizzo, Bishop & Tobar, 1997), ya que actitudes favorables pueden determinar el correcto desarrollo y satisfacción con la actividad físico-deportiva practicada por la persona con discapacidad.

    El tercer contexto que diferenciamos es el del ocio y la recreación, entorno al cual vamos a articular nuestra propuesta posterior. Trabajos como el de Blinde y McClung (1997), han abordado el impacto que diversas actividades recreativas (hípica, natación, bolos, tenis, pesca, Tai-Chi, entre otros) han tenido sobre las auto percepciones físicas y sociales de personas con discapacidad. La participación en actividades recreativas influye sobre cuatro aspectos de la autopercepción física: nuevas experiencias corporales, realzar la percepción de sus logros físicos, redefinir sus capacidades físicas e incrementar su confianza para la realización de nuevas actividades físicas.

    Las percepciones negativas que una persona puede llegar a tener de sí mismo, especialmente en este colectivo, pueden derivarse de varias fuentes: experiencias negativas de socialización, restricción de oportunidades o "etiquetado" social de las personas con discapacidad como individuos con un "estatus especial" (Finkelstein & French, 1993). A veces, tales experiencias y creencias se manifiestan en respuestas sociales como segregación, devaluación, estigmatización o discriminación. La consecuencia última de estas experiencias negativas es que, en la mayoría de los casos, las personas con discapacidad interiorizan esas actitudes negativas que la sociedad tiene hacia la condición de discapacidad, construyendo una percepción negativa de sí mismos (Finkelstein & French, 1993). Aunque las percepciones de sí mismos están frecuentemente influenciadas por las creencias y expectativas de la sociedad, la persona con discapacidad participa activamente en la construcción de su propia identidad, de manera que se constituyen, confirman y transforman esas percepciones a través de las interacciones con los demás (Williams, 1994). Las autopercepciones son dinámicas, pudiendo influir en futuras actitudes y comportamientos de la persona para con la sociedad en la que vive.

    Una de las formas para mejorar las autopercepciones de individuos con discapacidad es a través de la participación en actividades deportivas y recreativas. Debido a que el cuerpo es el mecanismo / instrumento con el que se interviene en la actividad, la participación puede incidir en la auto percepción física de los sujetos (Taub & Blinde, 1996; citado en Blinde & McClung, 1997). Además, si la actividad es llevada a cabo en un contexto de libre acceso a los miembros de la sociedad, la interacción entre personas con y sin discapacidad mejorará las percepciones sociales de los primeros (Brasile, Kleiber & Harnisch, 1991).

    La actividad que proponemos a continuación es el resultado de varias experiencias y actividades llevadas a cabo en diferentes localidades españolas, en las que se ofrece al conjunto de la sociedad participar en una serie de actividades recreativas y deportivas específicas para personas con discapacidad. Pretendemos con las mismas, incidiendo sobre el componente conductual de la actitud, que la persona que se implique en la actividad, durante el tiempo de participación en la misma, vivencie una serie de sensaciones y emociones (componente afectivo), que le lleve posteriormente a un cambio de ideas sobre el colectivo de personas con discapacidad (componente cognitivo).


Nuestra propuesta

 La participación conjunta, en un contexto en el que se incluyen a personas con y sin discapacidad, puede reportar resultados beneficiosos como mejora de la autoestima o un incremento de la aceptación social (Lindstrom, 1992). Además, el contacto entre personas con y sin discapacidad, caracterizado por una actividad cooperativa, interacción personal, beneficios mutuos e igual estatus durante la actividad, puede conllevar a una mejora de las actitudes (Sherrill et al., 1994; Tripp, French & Sherrill, 1995). Coincidimos con Makas (1988) en que, al inicio de actividades de este tipo, ambos grupos pueden experimentar cierto estrés al no conocer qué esperan los otros de sí mismos en esa situación, pero partimos de la premisa de que debemos incidir en las habilidades y capacidades que ambos pueden desempeñar en ese momento. En esa situación en la que ambos se encuentran en una situación similar (p.e., sentando en una silla de ruedas, tapando los ojos, etc.), la persona que participa vivencia las limitaciones, ventajas o diferencias que el deportista con discapacidad tiene en esa tarea o deporte en concreto, debiéndose adaptar a esa nueva condición para el correcto desarrollo de la actividad. Muchas de las actitudes negativas o bajas expectativas que la sociedad tiene hacia este colectivo se deben a que focalizan más la atención en sus limitaciones, en vez de sus capacidades, unido a un gran desconocimiento, tanto de la discapacidad como de las modalidades deportivas que pueden ser practicadas. De esta manera, por ejemplo, la persona que participa en una actividad de baloncesto en silla de ruedas vivenciará las nuevas posibilidades (desplazamientos, giros, etc.) que la modalidad deportiva en cuestión le ofrece.

    Por tanto, la experiencia directa entre personas con y sin discapacidad constituye la base para construir y cambiar creencias y, por tanto, comportamientos (Hodge, Davis, Woodard & Sherril, 2002). Tomamos como pilares conceptuales de nuestra propuesta algunos de los postulados de la Teoría del Contacto (Allport, 1954; citado en Mastro et al., 1996), la cual establece que la discriminación y los prejuicios hacia un grupo minoritario pueden reducirse por el contacto directo entre ambos grupos. Para ello, deben darse las siguientes condiciones: a) las partes implicadas en la actividad deben poseer el mismo "estatus" (por ejemplo, todos en silla de ruedas en baloncesto en silla, todos con ausencia de visión en Goalball, etc.), y b) los sujetos deben perseguir unos objetivos comunes (los propios de la actividad deportiva en particular).

    Shaver, Curtis, Jesunathadas y Strong (1987; citado en Kowalski & Rizzo, 1996) apuntan que las actitudes hacia las personas con discapacidad pueden ser mejoradas mediante, al menos, cuatro estrategias: información, contacto directo con personas con discapacidad, persuasión y experiencia vicaria (aprendizaje por modelado u observación). Por otro lado, Ruiz (2002) establece una serie de pautas de intervención para la modificación de actitudes hacia el colectivo con discapacidad. Vamos a apuntar cada una de las estrategias propuestas por esta autora, incidiendo en algunas de las actividades que hemos llevado a cabo en nuestras experiencias:


1. Información

    Puede aportarse información acerca de la discapacidad (tipos, características, problemas, etc.), servicios y asociaciones, recursos materiales, etc. Pero también esa información puede ser específica del deporte, incidiendo en aspectos como: a) las modalidades deportivas existentes para los grandes grupos de discapacidad (discapacidad física-funcional -parálisis cerebral, lesión medular, amputación, espina bífida, etc.-, sensorial -visual y auditiva- e intelectual); b) la organización internacional (ISMWSF, CP-ISRA, ISOD, IBSA, CISS, INAS-FID y Special Olympics Internacional) y nacional (FEDMF, FEDPC, FEDC, FEDS, FEDDI y Special Olympics España) del deporte para personas con discapacidad; c) sistemas de clasificación para la competición deportiva (clasificaciones basadas en criterios médicos o funcionales); y d) organizaciones internacionales (IPC, IFAPA, CIAD, IPCSSC) y nacionales (CPE) que regulan la competición, la práctica deportiva y la investigación en relación a este colectivo.

    En nuestro caso, esta intervención ha sido llevada a cabo mediante tres procedimientos: a) información verbal por megafonía de cada una de las actividades que se llevaban a cabo; b) proyecciones audiovisuales de competiciones deportivas de ámbito internacional; y c) posters informativos. Elaboramos cinco posters con los siguientes contenidos: 1. Discapacidad físico-funcional (información acerca de qué es una lesión medular, una amputación, espina bífida, etc.; clasificaciones médico-funcionales de ISMWSF e ISOD; y modalidades deportivas que pueden ser practicadas por este colectivo); 2. Parálisis Cerebral (definición, clasificación deportiva de CP-ISRA y modalidades deportivas); 3. Discapacidad sensorial visual (definición, parámetros de diagnóstico -agudeza y campo visual-, clasificación de IBSA y modalidades deportivas); 4. Discapacidad sensorial auditiva y discapacidad intelectual (definición, adaptaciones para la práctica deportiva, modalidades deportivas que pueden practicar y Special Olympics); y 5. Generalidades del Deporte Adaptado (terminología básica -deficiencia, discapacidad y minusvalía-, y organización nacional e internacional, tanto a nivel deportivo como de asociaciones que apoyan cada gran grupo) (Figura 1). También aprovechamos estas actividades para mostrar a quien lo desee diverso material adaptado, para que puedan explorarlo y conocerlo (balones sonoros de goalball y fútbol sala, clubs para lanzamientos en atletismo para paralíticos cerebrales, pasillos sensoriales, dominó táctil, etc.).

Actitudes y Valores(Hecho por Manuel Chávez)

Las actitudes y los valores forman parte fundamental de diseños curriculares.como un elemento primordial que debe ser aprendido, creado, enseñado y aparecen como contenidos estructurados a enseñar y evaluar.
La actitud se define como una predisposición estable de la conducta que como tal dirige la misma. Un autor llamado rokeach en el año 1968 define la actitud como una organización “relativamente duradera que predispone a reaccionar preferentemente de una manera determinada”.

ACTITUDES

En el año 1968 sefine la actitud como “una organización relativamente duradera que predispone a reaccionar preferentemente de una manera determinada”.

Componentes básicos de una actitud:

  • Cognitivos
  • Afectivos
  • Comportamentales

Cognitivo: Está formado por percepciones, ideas, creencias u opiniones de un sujeto sobre un tema determinado.

Emotivo o Afectivo: Se refiere a los sentimientos favorables o desfavorables que tiene un individuo en relación a un objeto o persona. Un ejemplo de ello es afirmar: “Me cae bien” o “Me cae mal”.

Componente conductual o Comportamental: Implica una conducta acorde con la cognición y la afectividad , las personas tienden a obrar de acuerdo con sus ideas y sentimientos.

VALORES

Suelen considerarse como actitudes de un orden superior y poseen los mismos componentes de las actitudes (cognitivos, emotivos y comportamentales), pueden ser aprendidos, variados y cambiados con el tiempo.

Cada persona posee su propio sistema de valores jerarquizados y ordenados.

Los valores surgen o se cambian en función de las necesidades personales, la información, la pertenencia a grupos o la personalidad.

Aula –> Comunicación –> crear, mantener o cambiar actitudes (dependiendo de la fuente).
Incluye:

  • La credibilidad
  • Competencia (conocimiento teórico práctico)
  • Atracción
  • Similitud
  • Poder y Autoridad
  • Mensaje: Orden de presentación de los argumentos, comunicación unilateral o bilateral, presentación u omisión de la conclusión; argumentos racionales o emocionales.
  • Receptor: Existen personas más fáciles de persuadir y que cambian más fácilmente de actitudes de un momento a otro, mientras que otras son más resistentes al cambio; influyen en el cambio de actitudes la autoestima personal, el autoritarismo, el aislamiento social, el sistema de valores personales, entre otros.

Valores Actitudes Hacia Medio Ambiente(Hecho por Manuel Chávez)

La mayoría de los niños, los adolescentes y jóvenes evidenciaron una acertada y preliminar madurez social en diferentes niveles, en lo que se refiere a la apreciación de la magnitud de los problemas ambientales y que éstos afectan la unidad de la sociedad con el medio ambiente.

El estudio e investigación realizado, así como los métodos y técnicas y las respuestas permite revelar los valores, sentimientos y cualidades de los adolescentes y jóvenes en su relación con el medio ambiente siguiente:

confieren gran importancia social a las actividades y tareas que se proponen para el mejoramiento del medio ambiente;

expresan que en toda profesión debe practicarse la protección del medio ambiente;

advierten que la protección del medio ambiente es un deber personal, familiar, comunitario, estatal e internacional;

atribuyen un motivo cívico primordial a la actitud favorable del hombre frente el medio ambiente como un deber con la patria y el Estado;

consideran la necesidad de asumir la conciencia de la responsabilidad civil y ciudadana, así como del Estado por la protección del medio ambiente y debe unirse a la reprobación de los perjuicios y afectaciones que puedan ocasionarle, tanto ellos mismos como sus compañeros y miembros de la comunidad;

consideran no solo el daño directo que las personas pueden ocasionar al medio ambiente sino, además, la actitud apática e indiferente de ellos mismos y otras personas que asumen una conducta indiferente ante las acciones de deterioro de los demás;

destacan la base y premisa humanística que tiene la relación del hombre, la sociedad y el medio ambiente, y a pesar de la complejidad de esta relación y unidad, expresan que es posible el desarrollo con la protección.

reconocer que si el hombre quiere utilizar a su gusto y en su beneficio al medio ambiente, deberá utilizarlo racionalmente y tratarlo, como expresaran algunos alumnos, como si fuera una persona;

manifiestan que la concepción del desarrollo con la protección es posible y que la utilización racional del medio ambiente requiere del empleo de la ciencia y la técnica;

reconocen, aunque no todos, - así se observó _, que la protección del medio ambiente y las acciones que realizan la hacen como un esfuerzo, como una labor adicional, como un trabajo voluntario y no como un deber ciudadano y una necesidad de la época contemporánea;

ejecutan, un determinado grupo de jóvenes, según se observó, diversas actividades relativas a su educación personal y ambiental orientadas a la puesta en práctica de medidas en favor de la protección del medio ambiente;

expresan con toda seguridad la necesidad de subordinar y concebir, desde los inicios, la producción y los procesos tecnológicos con la protección;

generalizan en sus juicios la importancia de jerarquizar y adoptar prioridades sobre las principales medidas que se deben adoptar para lograr el óptimo aprovechamiento y utilización racional del medio ambiente;

proponen que a pesar de la educación y la conciencia, a desarrollar la necesidad de la legislación y aplicación de medidas y contravenciones para aquellos incumplidores de lo establecido para la protección del medio ambiente;

reconocen, según se evidenció, la imperiosa necesidad de asumir actitudes que se reviertan en la protección del medio ambiente mediante comportamientos favorables y, en especial, la participación de ellos sobre: la utilización económica de los recursos energéticos, la restauración de las zonas afectadas por la producción industrial; la disminución del ruido - que comienza su agudización paulatina en estas regiones -, la conservación de las fuentes de agua y hasta la utilización de la basura, que algunos alumnos valoraron como un tesoro.

Hasta aquí se ha podido concluir cómo los jóvenes de la población rural y de montaña estudiada manifiestan, en sentido general, la concepción científica para la protección del medio ambiente y se destacan en ellos el aspecto moral de la relación del hombre con el medio ambiente, los sentimientos humanos y vivencias éticas.

Algunos alumnos expresaron valoraciones relevantes y recordamos cuando un grupo de jóvenes apuntó (“la actividad más importante que se puede hacer ante el medio ambiente es educar desde niño al hombre ya que una persona correctamente educada resulta útil para toda la sociedad y para el medio ambiente”).